FRASES DEL PAPA INCENTIVANDO A LOS JÓVENES A LA
ALEGRÍA DE VIVIR EN DIOS:
“Hay palabras que solamente
sirven para entretener, y pasan como el viento; otras instruyen la mente en
algunos aspectos; las de Jesús, en cambio, han de llegar al corazón, arraigar
en él y fraguar toda la vida”.
“Frente al relativismo y la
mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad que testimonia la
consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado”.
“La enseñanza no es una escueta
comunicación de contenidos, sino una formación de jóvenes a quienes habéis de
comprender y querer, en quienes debéis suscitar esa sed de verdad que poseen en
lo profundo y ese afán de superación”.
“No paséis de largo ante el
sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de
vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer”.
“Pedidle que os enseñe a
estar muy cerca de los enfermos y de los pobres, con sencillez y generosidad
(…) siendo testigos de Dios hecho hombre, mensajeros de la altísima dignidad de
la persona humana y, por consiguiente, sus defensores incondicionales”.
“Quiero expresar a los
representantes de las respectivas Administraciones mi más sentido y cordial
agradecimiento en nombre de la Iglesia y de los jóvenes que disfrutan en estos
días de vuestra acogida y solicitud”.
“Nuestra sociedad, en la que
demasiado a menudo se pone en duda la dignidad inestimable de la vida, de cada
vida, os necesita: vosotros contribuís decididamente a edificar la civilización
del amor”.
“Os invito a pedir a Dios
que os ayude a descubrir vuestra vocación en la sociedad y en la Iglesia y a
perseverar en ella con alegría y fidelidad. Vale la pena acoger en nuestro
interior la llamada de Cristo y seguir con valentía y generosidad el camino que
él nos proponga”.
“No os guardéis a Cristo
para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe”.
“Con vuestro servicio,
habéis dado el rostro de la amabilidad, la simpatía y la entrega a los demás”.
“Transmitid vuestra alegría
especialmente a los que hubieran querido venir y no han podido hacerlo, a
tantos como han rezado por vosotros y a quienes la celebración misma de la
Jornada les ha tocado el corazón”.
Benedicto XVI a los jóvenes
seminaristas: “No os dejéis intimidar en un entorno en el que se pretende
excluir a Dios”
Madrid,
20 de agosto de 2011.-
“No os dejéis intimidar en un entorno en el que se pretende excluir a Dios”.
Con estas palabras, el Santo Padre se ha dirigido a más de 4.500 jóvenes
seminaristas de todo el mundo.
Benedicto
XVI ha mostrado su alegría por aquellos “que aspiran a ser sacerdotes de Cristo
para el servicio de la Iglesia y de los hombres” “este lugar es hoy un inmenso
cenáculo donde el Señor celebra con deseo ardiente su Pascua con quienes un día
anhelan presidir en su nombre los misterios de la salvación”. “Al veros
compruebo cómo permanece viva la misión de la Iglesia y la oferta del Evangelio
al mundo”, ha dicho.
El
Papa ha pedido a los seminaristas valentía ante su labor y les ha instado a que
“afronten este reto sin complejos ni mediocridad, como una bella forma de
realizar la vida humana en gratuidad y en servicio”. También les ha recordado:
“Puede que os menosprecien, como se suele hacer con quienes evocan metas más
altas o desenmascaran los ídolos ante los que hoy se postran”. El Santo Padre
también ha manifestado que “el poder, el tener o el placer son los principales
criterios por los que a menudo se rige la existencia” y, en este sentido, ha
dicho: “Pedidle a Él que os conceda imitarlo en su caridad, sin rehuir a los
alejados y pecadores para que, con vuestra ayuda, se conviertan y vuelvan al
buen camino”. De igual manera, se ha referido a los enfermos y a los pobres,
invitando a los seminaristas a que le pidan al Señor que les “enseñe a estar
muy cerca de ellos”.
Un
formador de excepción
El
Pontífice ha aconsejado a los jóvenes que abran su alma al Señor para avanzar
solamente si están persuadidos de que Dios les llama a ser sus ministros y
plenamente decididos a ejercerlo obedeciendo las disposiciones de la Iglesia.
Respecto al tiempo de preparación de los seminaristas, ha dicho que
“Son
años de silencio interior, de permanente oración, de constante estudio y de
inserción paulatina en las acciones y estructuras pastorales de la Iglesia”. Al
mismo tiempo, les ha animado a que vivan los años de su formación con profunda
alegría “en actitud de docilidad, lucidez y de radical fidelidad evangélica”.
El
Santo Padre también ha recordado a los seminaristas que deben estar totalmente
a disposición del Maestro, y que el sacerdote “ha de fructificar en toda clase
de obras buenas”. También que la tarea en la que el sacerdote ha de gastar su
vida es configurarse con Cristo. Para animarles en su labor, ha pronunciado
estas emotivas palabras: “Cada época tiene sus problemas, pero Dios da en cada
tiempo la gracia oportuna para asumirlos y superarlos con amor y realismo”.
Jornada
Mundial de la Juventud 2011
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